Siempre estuve esperando la textura de tus labios en mi mejilla. Soñaba con que me abrazaras diciéndome «Te quiero». Anhelaba que me enseñaras lo que significaba amar.
Vagos recuerdos de nosotros juntos navegan en mi cabeza.
Uno de esos recuerdos es la única vez que nos bañamos juntos. El agua recorría tu fuerte cuerpo, tus ojos verdes pedían que me acercara ya que mi timidez me gobernaba. Tu inmenso pene me decía que todo cambiaría, que todo seria diferente. Pero no sé que sucedió, todo fue una maldita ilusión. Decidiste darme tu rechazo aunque yo vivía para ti.
Recuerdo que luego de un tiempo decidiste llamarme y mis ojos brillaron de la emoción; pero todo fue una maldita ilusión. Te vi muy delgado, recuerdo que tosias mucho y mi corazón se quebró al verte así. Quería hacer algo por ti, quería curarte pero a mi alrededor solo oia la palabra «leucemia»; no comprendía que significaba pero tenia la ilusión de que su significado me acercara más a ti. Pero todo fue una maldita ilusión, apenas pudiste me alejaste.
Pasaron los años, decidí que mi mente navegara en otros temas, en otras personas. Olvidarte fue mi mejor medicina. Pero otra llamada rompió esa travesía, esa llamada decía «Quiere verte antes de morir».
No me importaba el pasado, solo quería correr a tu lado. Pero cuando llegué solo dijeron «Es muy tarde». Tu ataúd estaba cellado, no pude verte por última vez. Esa fue mi ultima maldita ilusión de estar contigo.