Quizás ya perdí mi humanidad. Lo que antes me hacia temblar de temor ahora solo me da igual.
No sé sí serán los antidepresivos, pero no temo a las consecuencias.
Ya mi lucha está llegando a un punto decisivo.
No hay peor dolor del que me causo a diario a mi mismo.
No quiero soñar. No quiero llorar. No quiero sentir.
Espero a la muerte con las puertas abiertas. Le daré un abrazo y agradeceré su visita.
Mientras tanto solo quiero mantenerme calmado y con mi mente en blanco.
Hay que anclarse a tierra, regocijarse en las pequeñas cosas. Un día a la vez
Me gustaMe gusta
Así es sara.
Me gustaLe gusta a 1 persona