NinaMe ofreciste lo que nadie me había dado.
Hiciste que me abriera sin resistencia.
Con tu hermosa sonrisa me enseñaste a no centrame en un placer momentáneo.
Me dijiste que centrara todas mis fuerza en construir un futuro mejor.
Nuesta despedida no fue un adiós, ella fue ganancia por todos esos hermosos momentos.
Lágrimas brotaron de mis ojos. Un inmenso dolor nació en mi interior.
Y yo que buscaba en tu amor la salvación de mi alma.
Preferiste morir que hacerme daño.