La desesperación es terrible. Te obliga a caer en lugares espantosos. Te hace ver lo malo como bueno, lindo como feo y eso te lleva a malas decisiones.
En desesperación ves la opción mas loca como una oportunidad.
Como un hombre abrazado por el mar, buscas que cualquier movimiento que des evite que te ahogues.
Lloras, sí, lloras sabiendo que quizás no hay esperanza.
La desesperación se transforma en desesperanza.
Solo te queda cerrar los ojos y ver que sucede.
La solución no está en tus manos.