Mi poesía eras tú.

Yo esperaba tu respuesta, imaginaba otra realidad.

Revisaba los mensajes a diario pensaba que podrías contestar. Decidí creer en las fantasías y cuentos de hadas que me contaba mi madre. En todas las poesías que leía, mi mente dibujaba tu mirar. Lloraba, pedia aunque sea una señal.

Es horrible vivir de sólo esperar. Quizás hoy, puede ser mañana y existe el nunca pasará. El tiempo no pasa en vano, el deja sus marcas, cosas que jamás olvidaras. He dejado de creer en la mentira de que el tiempo cura todo. Ahora creo que la distancia es necesaria para mi vida.

Necesito esos mil kilómetros lejos lejos de ti. Voy a invertir esos mil años tratando de sobrevivir sin tu amor. Es tiempo de partir. Di hasta lo imposible. Renuncié a mi vida por ser parte de la tuya. Mi poesía era tú, ahora eres un cruel cuento el cual debe terminar.

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Hipócritas

La inmensurable carga que impone la sociedad y la religión es demasiado pesada.
Viven en una intensa e hipócrita critica a lo «moralmente» correcto.
Navego entre calles viendo bien que actúan todos. Se avergüenzan al escuchar las palabras
«pene», «vagina», prefieren ponerles sobrenombres menos vergonzosos.
Hipócritas.
Afirman que se preocupan por ti, pero lo único que desean es tener a alguien de quien hablar.
Critican acciones pero son incapaces de interesarse por el motivo por el cual las realizas.
Corro a interesarme por una chica mucho menor que yo y comenzo a escuchar el enorme
cotilleo en mi contra.
Malditos hipócritas.
Por su culpa tengo miedo de buscar ayuda. Tengo miedo de admitir que soy un adicto.
Me toca tragarme lo que siento y morir cada día un poco mas.
Hoy solo pues contar dos.

Lo que soy.

Recorre por cada parte de lo ser una fuerte energía.

Durante años un desconocimiento estaba presente en cada aspecto de mi vida. Eso me hacia sentir vacío y triste.

Una adicción empezó a alimentarse de mí como una sanguijuela. Lloré lágrimas de sangre buscando una salida.

Hasta que di cuenta que yo soy más que todo eso.

Soy más que un esclavo de mis deseos.

Soy un artista. Un amante de la cultura en sus diferentes expresiones.

Soy mucho más que un instrumento de utilidad para las personas.

Soy un soñador. Un soñador que anhela hacerlos realidad.

Ahora vivo para conocerme. Vivo para cumplir mis sueños. Vivo para encontrar la felicidad.

No puedo esperar que un deseo de cometa haga todo por mí. Es hora de poner manos a la obra.

Un verdadero beso de amor. Un abrazo que me enseñe lo que es vivir. Una hermosa sonrisa sincera. Una ayuda que no espere nada a cambio.

Por eso lucharé. Sin descanso hasta lograrlo lucharé.

Me amaré como soy. Me aceptaré como soy.

Él

Entregué mi cuerpo pensando que encontraría amor. Fue una ilusión perfecta porque solo conseguí dolor.

Entregué cada centímetro de mi ser.

Decidí arroparme con las sabanas de la indiferencia. Cubrí mis problemas con una inmensa neblina que me impedía verlos.

Pensé que estaba en un lugar seguro, pero su compañía me introducía cada día más en un infierno.

Él me quitaba la soledad. Me hacia olvidar mis tristezas. Secaba con sus dedos mis lágrimas. Me miraba con sus inmensos ojos y me decía que todo estaría bien. Él me mimaba haciéndome sentir protegido. No había pasado, ni futuro estando a su lado.

Su caliente piel quitaba el insoportable frío que la muerte dejaba. El placer que me brindaba era indescriptible, nada lo igualaba. Sus besos eran masajes que me hacían olvidar los malestares del dia. No había en mi mente otra cosa que pensar él, no necesitaba otra compañía.

Ojalá los demás comprendieran porqué te amaba.

Cuando te fuiste esa neblina se esfumó, y mis problemas aparecieron de nuevo. Pero eran más fuertes, eran gigantescos.

Fuiste una ilusión. Una perfecta ilusión.

Sé Impecable con tus palabras.

Estoy cansado de juzgarme. Cada día me castigo con más severidad. Tengo que entender que cometo errores como cualquier humano.

Es tiempo de recordarme lo hermoso que soy. Gritarle a cualquiera lo mucho que valgo. Sentir que soy más que un pedazo de carne.

Es tiempo de desnudarme frente al espejo y sentirme orgulloso de mí mismo.

Lo que los demás piensan de mí es solo su punto de vista y no tiene que ser la verdad.

Valgo por lo que pienso de mí. Valgo por las palabras bonitas que me digo. Valgo por mis caricias.

La persona del espejo.

Volví a mirarme pero esta vez encontré algo muy diferente. Habia un ser espantoso, un ser demoníaco.

El quería salir, quería que cambiáramos de lugar. Rasgaba son sus garras el espejo, seguro deseaba liberarse de esa celda.

Anhela libertad. ¿Qué debo hacer con él?

Recientemente he leído que debemos amar tanto el lado bueno como malo en cada uno de nosotros. Pero cómo puedo amar eso.

¿Debo matar ese lado de mi ser o que debería hacer con él?

No es nada hermoso en lo que veo, pero siento cierto tipo de compasión por él.

No puedo luchar toda la vida con mi otro «Yo».