Caminos diferentes.

Intenté olvidarme de ti, me fui lejos, conocí a otras personas. Pero tu mirada no dejaba de seguirme.

Eres lo más hermoso del universo y tú sabes que daría todo por ti.

Dejaré que esta carretera borre cada recuerdo. Cada metro, cada centímetro me alejará de tu mirada. Será doloroso. Intenso.

Mi amor no fue suficiente. Quizás el caliente asfalto derrita todos estos sentimientos.

Miles de personas pasan por mi ventana, desconozco sus sentimientos y lo que piensan, igual que me pasaba contigo.

Debemos tomar distintos caminos. Siento que muero, estoy quebrado. Pero hay mucha oscuridad antes del amanecer.

Mil kilómetros siento que no serán suficientes. Sé que lo lograré, en esas nuevas calles el puerto seguro encontraré.

Anuncio publicitario

Mi poesía eras tú.

Yo esperaba tu respuesta, imaginaba otra realidad.

Revisaba los mensajes a diario pensaba que podrías contestar. Decidí creer en las fantasías y cuentos de hadas que me contaba mi madre. En todas las poesías que leía, mi mente dibujaba tu mirar. Lloraba, pedia aunque sea una señal.

Es horrible vivir de sólo esperar. Quizás hoy, puede ser mañana y existe el nunca pasará. El tiempo no pasa en vano, el deja sus marcas, cosas que jamás olvidaras. He dejado de creer en la mentira de que el tiempo cura todo. Ahora creo que la distancia es necesaria para mi vida.

Necesito esos mil kilómetros lejos lejos de ti. Voy a invertir esos mil años tratando de sobrevivir sin tu amor. Es tiempo de partir. Di hasta lo imposible. Renuncié a mi vida por ser parte de la tuya. Mi poesía era tú, ahora eres un cruel cuento el cual debe terminar.

La Playa.

Hace diez años conocí a una chica muy especial. Y aunque ha pasado mucho tiempo todavía me pregunto cómo pudo suceder que con sus palabras mi alma lograra enloquecer.

Las olas danzaban en aquella playa en que tus labios conocí. Seria inútil si aquella playa intentara describir. Era un día hermoso, no lo interrumpía ninguna duda ni pasado gris.

En la inmensidad de esa orilla llena de arena, no existía roca capaz de detener nuestro amor. Mis manos no dejaban de maravillarse con la suavidad de tu espalda, ellas soñaban con el momento de seguir bajando y posarse en tus nalgas.

Entramos al mar y las olas nos separaban pero nuestras manos insistían en reencontrarse.

Allí mojados no podía separarte de mis brazos. Cuantas historias imaginamos. Cuantos futuros inventamos, quizás con tres hijos y dos gatos.

Recuerdo cuantas canciones nos dedicamos al oído. No se atrevía a molestarnos ningún ruido. Canciones sobre amor y esperanza pero nunca de olvido. Es que no queríamos ni imaginar ese suicidio.

Por nuestra mente nunca pasó que esto acabara y menos que ese inmenso tsunami con la nuestro terminara. Estaba ahogado, no podía mirar sí estabas mi lado. Me asusté al no encontrarte.

Comencé a nadar sin rumbo, me hundí como un buzo. Solo quería encontrarte.

Nadé y nadé pero aunque gasté todas mis energías no te encontré. Comencé a gritar pidiendo auxilio pero a nadie hallé.

Así pasaron los días, de lunes a viernes, de enero a diciembre. Decidí hacer una casita en aquella playa para esperar con comodidad el día en el que el mar te regrese.

Ya han pasado diez años y aun sigo aquí sentado. Ya me han salido algunas canas y gasté todo lo que habíamos ahorrado. Ya estoy perdiendo la esperanza de volver a besar tus labios.

La Playa.

Hace diez años conocí a una chica muy especial. Y aunque ha pasado mucho tiempo todavía me pregunto cómo pudo suceder que con sus palabras mi alma lograra enloquecer.

Las olas danzaban en aquella playa en que tus labios conocí. Seria inútil si aquella playa intentara describir. Era un día hermoso, no lo interrumpía ninguna duda ni pasado gris.

En la inmensidad de esa orilla llena de arena, no existía roca capaz de detener nuestro amor. Mis manos no dejaban de maravillarse con la suavidad de tu espalda, ellas soñaban con el momento de seguir bajando y posarse en tus nalgas.

Entramos al mar y las olas nos separaban pero nuestras manos insistían en reencontrarse.

Allí mojados no podía separarte de mis brazos. Cuantas historias imaginamos. Cuantos futuros inventamos, quizás con tres hijos y dos gatos.

Recuerdo cuantas canciones nos dedicamos al oído. No se atrevía a molestarnos ningún ruido. Canciones sobre amor y esperanza pero nunca de olvido. Es que no queríamos ni imaginar ese suicidio.

Por nuestra mente nunca pasó que esto acabara y menos que ese inmenso tsunami con la nuestro terminara. Estaba ahogado, no podía mirar sí estabas mi lado. Me asusté al no encontrarte.

Comencé a nadar sin rumbo, me hundí como un buzo. Solo quería encontrarte.

Nadé y nadé pero aunque gasté todas mis energías no te encontré. Comencé a gritar pidiendo auxilio pero a nadie hallé.

Así pasaron los días, de lunes a viernes, de enero a diciembre. Decidí hacer una casita en aquella playa para esperar con comodidad el día en el que el mar te regrese.

Ya han pasado diez años y aun sigo aquí sentado. Ya me han salido algunas canas y gasté todo lo que habíamos ahorrado. Ya estoy perdiendo la esperanza de volver a besar tus labios.

Adiós.

Yo hubiera tatuado la luna con tu nombre si me lo pidieras. Nada podría etiquetar de imposible a la hora de complacerte.

Eras mi delicada rosa en mi pequeño planeta.

Quería entregarte mi presente y mi futuro. Dedicarte cada momento de mi existencia. Llevarte a las nubes y hacerte dar carcajadas de felicidad.

Soñaba que con nuestro acto de amor, pudiéramos hacer florecer la más hermosa descendencia.

Yo seria para ti y tu serias para mí.

Las ganas de perderme en tus rosados labios me hacían luchar contra cualquier obstáculo.

Me imaginaba a mis dedos recorriendo cada centímetro de tu cuerpo. Mis labios bajando por tu espalda. Mi ojos comtemplando aquéllos lugares que pocos han contemplado.

Intenté enviarte miles de señales. Procuré que lo nuestro se hiciera realidad.

Ahora me doy por vencido. Renuncio a tener tu amor. Me despido de este deseo de besar tus labios.

Adiós.

Adiós.

Yo hubiera tatuado la luna con tu nombre si me lo pidieras. Nada podría etiquetar de imposible a la hora de complacerte.

Eras mi delicada rosa en mi pequeño planeta.

Quería entregarte mi presente y mi futuro. Dedicarte cada momento de mi existencia. Llevarte a las nubes y hacerte dar carcajadas de felicidad.

Soñaba que con nuestro acto de amor, pudiéramos hacer florecer la más hermosa descendencia.

Yo seria para ti y tu serias para mí.

Las ganas de perderme en tus rosados labios me hacían luchar contra cualquier obstáculo.

Me imaginaba a mis dedos recorriendo cada centímetro de tu cuerpo. Mis labios bajando por tu espalda. Mi ojos comtemplando aquéllos lugares que pocos han contemplado.

Intenté enviarte miles de señales. Procuré que lo nuestro se hiciera realidad.

Ahora me doy por vencido. Renuncio a tener tu amor. Me despido de este deseo de besar tus labios.

Adiós.

No hables.

Suenas tan estúpido cuando dices que me comprendes. Solo dices lo que crees que quiero oír.

Cómo puedes saber lo que siento si no has pasado por lo mismo. Dices que todo pasará, pero no conoces mi infierno.

Solo cuando pases por esto, podrás saber cómo se siente. Cuando veas todo a tu alrededor destruirse. Cuando el dolor consuma tus días. Cuando sientas que no existe el mañana. En ese momento, ven y dime que me comprendes.

Es mejor que no digas nada. Si quieres acompañarme solo sientate a mi lado y ve el amanecer conmigo, pero no trates de consolarme.

Diciendo que los problemas de otros son mayores, no ayudará a cicatrizar mis heridas. Mencionando que el tiempo cura todo, no hará que muera esta maldita soledad que me consume. Gritando que vea más allá de mis problemas, no hará que ellos se marchen. Pidiendo que me perdone, no limpiará mi pasado.

Necesito tomarme mi tiempo. Necesito sufrir éste momento. No rebajes mis sentimientos.

Cuando te pongas en mis zapatos, quizás tampoco lo soportes, así que no me juzgues.

Solo toma mi mano y llora conmigo.

No hables.

Suenas tan estúpido cuando dices que me comprendes. Solo dices lo que crees que quiero oír.

Cómo puedes saber lo que siento si no has pasado por lo mismo. Dices que todo pasará, pero no conoces mi infierno.

Solo cuando pases por esto, podrás saber cómo se siente. Cuando veas todo a tu alrededor destruirse. Cuando el dolor consuma tus días. Cuando sientas que no existe el mañana. En ese momento, ven y dime que me comprendes.

Es mejor que no digas nada. Si quieres acompañarme solo sientate a mi lado y ve el amanecer conmigo, pero no trates de consolarme.

Diciendo que los problemas de otros son mayores, no ayudará a cicatrizar mis heridas. Mencionando que el tiempo cura todo, no hará que muera esta maldita soledad que me consume. Gritando que vea más allá de mis problemas, no hará que ellos se marchen. Pidiendo que me perdone, no limpiará mi pasado.

Necesito tomarme mi tiempo. Necesito sufrir éste momento. No rebajes mis sentimientos.

Cuando te pongas en mis zapatos, quizás tampoco lo soportes, así que no me juzgues.

Solo toma mi mano y llora conmigo.

Una muerte se acerca.

El ángel de la muerte está parado en la puerta. Ya ha elegido su próxima víctima.

Nadie puede verlo ni sentir su presencia pero yo soy diferente; quizás por que soy su próxima víctima.

No debo temer a la muerte. Ella trae descanso, ella es transformación, es revolución.

Ángel de la muerte llevate mis penas. Ángel de la muerte llevate mi dolor.

Todos le temen. Sienten escalofríos al saber que está cerca. Pero el estar consciente de su presencia debe traer superación, saber que está cerca es mi salvación.

El ángel de la muerte elimina los vestigios de nuestra vida. Está detrás de nosotros llevándose cada segundo muerto de nuestra vida.

Ángel de la muerte ayudame a vivir cada día cómo si fuera el ultimo.

Llevate el maldito pasado y da luz a mi presente.

Una muerte se acerca.

Una Nueva Esperanza.

Quiero vivir, deseo sentir eso que llaman vida.

Caminar sin centrarme en el pasado, solo disfrutar el presente.

Escuchar a un niño llorar, sin sentir envidia de su llanto.

No centrarme nunca más en mis errores y enfocarme en encontrar nuevos logros.

Conocer nuevas sensaciones, sentir que hay otras cosas que pueden hacerme volar aparte de la masturbación.

Deseo sentir que valgo, que tengo propósito.

Dejar toda máscara y ser el «Yo» real.

Dejar mi adicción a un lado y sentir que solo necesito de mí mismo para ser feliz.

Una muerte se acerca.

Puedo no tener un hermoso pasado. Puede que me espere un horroroso futuro. Pero el presente es mio y voy a aprovecharlo.

Gracias a todos mis lectores por ser parte de éste presente.